En diferentes escuelas sanluiseñas los chicos aprenden a cultivar para mejorar su calidad su calidad alimentaria y, al mismo tiempo, forman conciencia ambiental. Se trata de una propuesta de la ULP.
El programa Mecanismo Desarrollo Limpio (MDL), de la Universidad de La Punta (ULP), lleva adelante la iniciativa “Huertas Escolares”, un proyecto que busca que los chicos aprendan a alimentarse sanamente y conozcan nociones de sustentabilidad. “La idea es que los jóvenes tomen conciencia sobre su salud alimenticia y valoren los beneficios que obtienen al consumir vegetales. Por otra parte, al cosechar sus propios comestibles ahorran el combustible que se utiliza para trasladar verduras desde otros lugares y aprenden un oficio que puede sustentarlos económicamente. El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) les dio kits de semillas para que lleven a sus hogares”, explicaron desde la Universidad.
Además de dirigir la propuesta, MDL se encarga del cierre perimetral de la huerta, de la construcción del sistema de riego por goteo y de su mantenimiento a través del tiempo, asimismo brinda la capacitación necesaria para que los chicos se interesen y aprendan la iniciativa. Esta propuesta se ha aplicado en diferentes escuelas de la provincia, en localidades como Juana Koslay, Donovan, Juan W. Gez, y en la comunidad Ranquel, entre otras.
Rosa Simioli, directora y de la escuela “Maestro Rural Puntano” (Donovan), explicó que el trabajo es absolutamente colaborativo. Contó que un vecino les prestó una porción de tierra y personal de la ULP junto a los chicos más grandes y madres trabajaron con la limpieza del terreno y en la plantación. “Todos colaboran, los chicos van rotando para cuidar esta huerta: los más grandes se encargan de remover la tierra y hacer la siembra y los más chiquitos los acompañan en este proceso sacando las malezas. La idea es crear cultura en ellos, que comprendan que la tierra nos puede favorecer y suministrar alimentos, la idea es que ellos puedan tener su propia huerta y consumir alimentos naturales”, manifestó.
Los chicos, en este proceso, también aprenden a criar lombrices californianas que se encuentran en grandes tachos con tierra y son alimentadas todos los días con restos de verduras, frutas y agua; los desperdicios que estos animales producen son utilizados como abono natural para los cultivos.
Anahí Giménez (8) contó que en la huerta sembró zapallo, habas y zanahorias. Dijo que en la escuela puso las semillas y que se encarga de su riego. “Primero vemos si la tierra esta húmeda, esperamos, y cuando se seca las damos agua”, comentó la joven. “Yo cuido el medio ambiente no tirando papeles. Le dije a mi mamá que no prenda fuego y a mi papá que deje de fumar porque contamina el aire”, añadió.
En la escuela “Juan W. Gez”, los niños han sembrado rabanitos, zapallos italianos y redondos, chauchas, porotos, cebolla, lechuga y acelga. La docente, Cecilia Malavasi, explicó que este año la tarea es netamente práctica, y que el año que viene se piensa afianzar los conocimientos a través del uso de la computadora y el cuaderno. La alumna María de los Ángeles Calderón (9) dio detalles del proceso de fotosíntesis que aprendió con su maestra: “Aprendí que las plantas hacen su comida con agua cuando las regamos y con la luz del sol, así crecen y se ponen lindas”. Su hermanito, Darío Calderón (8) contó que quiere hacer una huerta en su casa y cosechar tomate, lechuga, cebolla y ajo “para que no se acerquen las víboras”. “Hay que cuidar las verduras no pisándolas y regándolas. Al agua dulce hay que cuidarla porque no hay mucha”, enfatizó.
Informes: ciu@ulp.edu.ar –Tel: 452000-6089
El programa Mecanismo Desarrollo Limpio (MDL), de la Universidad de La Punta (ULP), lleva adelante la iniciativa “Huertas Escolares”, un proyecto que busca que los chicos aprendan a alimentarse sanamente y conozcan nociones de sustentabilidad. “La idea es que los jóvenes tomen conciencia sobre su salud alimenticia y valoren los beneficios que obtienen al consumir vegetales. Por otra parte, al cosechar sus propios comestibles ahorran el combustible que se utiliza para trasladar verduras desde otros lugares y aprenden un oficio que puede sustentarlos económicamente. El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) les dio kits de semillas para que lleven a sus hogares”, explicaron desde la Universidad.
Además de dirigir la propuesta, MDL se encarga del cierre perimetral de la huerta, de la construcción del sistema de riego por goteo y de su mantenimiento a través del tiempo, asimismo brinda la capacitación necesaria para que los chicos se interesen y aprendan la iniciativa. Esta propuesta se ha aplicado en diferentes escuelas de la provincia, en localidades como Juana Koslay, Donovan, Juan W. Gez, y en la comunidad Ranquel, entre otras.
Rosa Simioli, directora y de la escuela “Maestro Rural Puntano” (Donovan), explicó que el trabajo es absolutamente colaborativo. Contó que un vecino les prestó una porción de tierra y personal de la ULP junto a los chicos más grandes y madres trabajaron con la limpieza del terreno y en la plantación. “Todos colaboran, los chicos van rotando para cuidar esta huerta: los más grandes se encargan de remover la tierra y hacer la siembra y los más chiquitos los acompañan en este proceso sacando las malezas. La idea es crear cultura en ellos, que comprendan que la tierra nos puede favorecer y suministrar alimentos, la idea es que ellos puedan tener su propia huerta y consumir alimentos naturales”, manifestó.
Los chicos, en este proceso, también aprenden a criar lombrices californianas que se encuentran en grandes tachos con tierra y son alimentadas todos los días con restos de verduras, frutas y agua; los desperdicios que estos animales producen son utilizados como abono natural para los cultivos.
Anahí Giménez (8) contó que en la huerta sembró zapallo, habas y zanahorias. Dijo que en la escuela puso las semillas y que se encarga de su riego. “Primero vemos si la tierra esta húmeda, esperamos, y cuando se seca las damos agua”, comentó la joven. “Yo cuido el medio ambiente no tirando papeles. Le dije a mi mamá que no prenda fuego y a mi papá que deje de fumar porque contamina el aire”, añadió.
En la escuela “Juan W. Gez”, los niños han sembrado rabanitos, zapallos italianos y redondos, chauchas, porotos, cebolla, lechuga y acelga. La docente, Cecilia Malavasi, explicó que este año la tarea es netamente práctica, y que el año que viene se piensa afianzar los conocimientos a través del uso de la computadora y el cuaderno. La alumna María de los Ángeles Calderón (9) dio detalles del proceso de fotosíntesis que aprendió con su maestra: “Aprendí que las plantas hacen su comida con agua cuando las regamos y con la luz del sol, así crecen y se ponen lindas”. Su hermanito, Darío Calderón (8) contó que quiere hacer una huerta en su casa y cosechar tomate, lechuga, cebolla y ajo “para que no se acerquen las víboras”. “Hay que cuidar las verduras no pisándolas y regándolas. Al agua dulce hay que cuidarla porque no hay mucha”, enfatizó.
Informes: ciu@ulp.edu.ar –Tel: 452000-6089