La afirmación es de Alicia Bañuelos, rectora de la ULP, sobre el proyecto de ley denominado ‘Neutralidad en la Red’, que fue presentado ante la Legislatura provincial.
Lo que sucede detrás de la Web preocupa a internautas y a diferentes Estados alrededor del mundo. San Luis busca ser el primer referente argentino en contar con una ley que proteja la neutralidad de Internet, mediante un proyecto de ley que el Ejecutivo puso en manos de la Legislatura para su tratamiento. La iniciativa normativa fue desarrollada por la Universidad de La Punta (ULP), y pretende evitar la manipulación de contenidos y aplicaciones por parte de los proveedores de conectividad.
En el mundo, Chile es pionero con una legislación en ese sentido, desde el 2010. A escala nacional la temática parece no tener eco; salvo en el caso del Ejecutivo puntano que se ocupa del tema en el marco de su agenda digital, que recientemente alcanzó una penetración de Internet del 93.10%. “En San Luis no queremos que ningún proveedor de Internet nos altere la Red en función de sus acuerdos comerciales. Si esto llegará a suceder, no tenemos la facultad para quitar la licencia porque no podemos dar los permisos, pero sí podemos aplicar sanciones”, comentó Alicia Bañuelos, rectora de la ULP.
El proyecto presentado busca establecer que todos los proveedores de Internet que operen en el ámbito provincial no puedan, arbitrariamente, bloquear, interferir, discriminar, entorpecer ni restringir el derecho de los usuarios para utilizar, enviar, recibir u ofrecer cualquier contenido, aplicación, servicio o cualquier uso o actividad legal. Es decir, en el servicio que brinde el proveedor, éste no podrá marcar diferencias entre los contenidos, aplicaciones y servicios basándose en la fuente de los mismos. Esta condición será establecida tanto a proveedores pagos como gratuitos.
En el caso de los proveedores gratuitos –como el Estado sanluiseño con su servicio de Wi-Fi−, si por algún motivo el servicio se ve afectado, deberá informar con precisión los servicios afectados, las medidas tomadas para solucionar la problemática y el tiempo de duración. Asimismo, en caso de que algún proveedor no cumpla con esta ley, la autoridad de aplicación podrá aplicar sanciones y de ser necesario, hasta podrá solicitar, ante la autoridad nacional, el retiro de la autorización para operar en la provincia.
Respecto de los fundamentos de esta iniciativa, Bañuelos hizo hincapié en que Internet fue concebida y desarrollada de manera neutral. Es decir, que no hubo por parte de los intervinientes acciones de retardar el tráfico hacia un sitio determinado, por algún motivo que no sea la velocidad del enlace. “Hace un tiempo, grandes empresas de telefonía y cable decidieron que sus negocios aumentarían si hacían que algunos sitios tuvieran un acceso más rápido de forma artificial. Por ejemplo, un proveedor haría un contrato con Yahoo!, y cada vez que sus clientes fueran a Yahoo!, ese proveedor cobraría un plus. Entonces, si algún cliente usara Google lo encontraría muy lento, y forzaría así la búsqueda en Yahoo! De esta manera, la Red deja de ser neutral y el cliente ve sólo lo que su proveedor quiera que vea”, ejemplificó.
Antecedentes de una Web neutral
En referencia a esta problemática el diario español El País, publicó una nota en la cual menciona que la Comisión Federal de las Comunicaciones de Estados Unidos, −el equivalente a la Comisión Nacional de Comunicaciones− estableció cuatro principios en los que basa la neutralidad de la red: 1º Libertad de acceso a contenidos, 2º libertad de uso de aplicaciones, 3º libertad de conectar dispositivos personales no dañinos, y 4º libertad de obtener información sobre el plan de servicio. Se busca agregar dos más: Impedir la discriminación por tipo de contenido; y que los proveedores deben ser transparentes sobre su política de gestión de redes.
En cuanto al logro de Chile, la medida fue propuesta e impulsada por los internautas chilenos. El País publicó la noticia diciendo en sus primeras líneas que los 120 diputados chilenos un día de 2007 comenzaron a tener atiborradas sus casillas de emails con un solo pedido: “que el Parlamento aprobara el proyecto de ley sobre neutralidad en la red”. Las acciones de los vecinos trasandinos continuaron durante tres años. Los ‘netactivistas’, como los llamó El país, movilizaron sus pedidos a través de blogs, comunidades, redes sociales y correos electrónicos. La presión que ejerció la ciudadanía por medio de la Web concluyó en julio del año pasado cuando por unanimidad el Congreso chileno aprobó la Ley de Neutralidad en la Red. De esta forma, el país vecino se convirtió en el primero en el mundo en incorporar esta temática a su legislación.
En otras latitudes como Estado Unidos, una legislación semejante aún no es posible de conseguir y en Europa la reunión entre ministros europeos de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, que se realizó en abril de 2010, en Granada, sólo culminó con una declaración para la Agenda Digital Europea, en la cual se menciona la neutralidad de la red, presentando líneas de acción, sin concretar medias específicas y se presentó una futura Carta de Derechos del Usuario de Comunicaciones Electrónicas.
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